He logrado terminar este juego después de haberlo comenzado cuando lo compré originalmente, entre 2012 y 2013. Y tras haber logrado finalizarlo, entiendo perfectamente porqué en aquél momento lo había dejado olvidado.
Empecemos por el principio.
Tipo de Juego y Estilo
Giana Sisters: Twisted Dreams es un juego de plataformas lanzado en 2012. Su estética es bastante bonito, con gráficos en tres dimensiones con texturas de colores vivos y llamativos, intentando imitar las ilustraciones de los libros de fantasía para niños. Quizás el aspecto menos atractivo lo tenga el propio personaje protagonista: una joven adolescente de cabeza deformado, cuyo vestido y peinado se mueve con el personaje a medida que éste salta y corre. La sensación es que el modelo del personaje es basto, y aunque la física funciona bien con el movimiento, parece que no hay muchos polígonos que mover.
Mecánicas
La mecánica básica del juego consiste entre cambiar entre las dos “personas” o identidades de Giana, una oscura y punk, y otra grácil y de princesa. Así mismo, el mundo alrededor de Giana cambia según la personalidad que utilizas: Giana princesa avanza a través de un mundo oscuro, tenebroso y decadente, como si estuviese perpetuamente atrapada en Pesadilla antes de Navidad; mientras que Giana punk avanza por un mundo de ensueño y color vibrantes, enfrentándose a búhos, tortugas y conejos de pascua. El cambio entre ambos mundos e identidades se produce con tan solo pulsar un botón, haciendo que todo el escenario cambie y, en algunos casos, afectando también a los elementos del mundo con los que podemos interactuar.
Las propias capacidades de Giana son diferentes según la identidad que asumas. Si bien ambas compartes la mayoría de sus capacidades, como saltar (una sola vez), trepar por librerías o enredaderas y eliminar a sus enemigos saltando sobre ellos, Giana punk puede salir disparada como una bala y eliminar enemigos y obstáculos, mientras que Giana princesa puede girar en el aire para simular un doble salto y descender lentamente.
A lo largo del juego, tu objetivo es recorrer el escenario de principio a fin intentando obtener cuantos más cristales de colores mejor. De nuevo, habrá cristales que ambas identidades de Giana puedan coger mientras que otros solo podrá tomarlos una u otra identididad, obligándote a pensar tus saltos y movimientos para maximizar el número de cristales obtenidos.
Uno de los puntos fuertes de este juego, en mi opinión, es que los escenarios están diseñados para sacar el máximo provecho de las capacidades de Giana. Comienzan siendo bastante sencillos, pero a lo largo de sus tres mundos y sus veinte escenarios, estos se van complicando considerablemente. No solo debes desarrollar una alta capacidad de reacción para cambiar de identidades y encadenar saltos, cañonazos y vueltas, sino que los escenarios te van proponiendo nuevas mecánicas: bolas de chicle con los que flotar, turbinas que te hacen ascender mientras giras y partes de agua, entre otros. Además, los escenarios son muy bastos, contando con numerosos lugares secretos y objetos ocultos que te animan a explorar cada rincón del escenario en busca de qué te has podido ir dejando atrás. Unido a un conteo de los cristales que obtienes en el escenario, los objetos secretos que desbloquean arte conceptual y el contador de muertes, este juego promete muchas horas para aquellos gamers que disfruten mucho de las plataformas.
Dificultad del juego
Y el contador de muertes es importante, porque vas a morir. Y mucho. Si bien los primeros escenarios son sencillos y el número de muertes suele ser bajo, pronto estarás necesitando diez y veinte reintentos para poder continuar avanzando. Afortunadamente, el juego no se hace muy pesado en este aspecto, contando con numerosos puntos de guardado que te ayudan a continuar avanzando sin tener que repetir algunas partes más difíciles o tediosas.
La escala de dificultad está bastante cuidada, siendo los últimos niveles de una dificultad, en mi opinión, bastante elevada. El problema viene en el boss final, que tiene un pico de dificultad enorme. Fue aquí donde dejé el juego en su día: me fue imposible vencerlo tras numerosos intentos. Y no solo eso, sino que las fases de bosses (que son tres) no solo continenen el boss, sino que además tienes que hacer la fase al completo hasta llegar a él. Puedes haber hecho un escenario perfecto y quedarte atrapado durante horas ante el boss, sabiendo además que si lo dejas tendrás que volver a hacer el escenario otra vez.
Conclusión
Ése ha sido mi caso, y sin duda el aspecto más frustrante del juego: después de más de una hora y sesenta reintentos, he logrado terminar el juego que dejé a la espera en 2012. Me quito con esto una espinita que tenía clavada desde hace mucho tiempo, quedándome con un regusto dulce ya que el juego, aunque algo antiguo, me parece un buen juego de plataformas. Pero sin duda, una espina que había estado molestándome durante los golpes que sufrido contra el muro que es el jefe final de este juego.
¿Quién sabe? Quizás me anime a instalar y jugar el DLC que publicaron en 2013.
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